Descripción
El abuelo de este yogurín es un putero que se lo pasa cambiando de novias todo el tiempo. Lo mejor de todo es que cada vez se las consigue más guapas y jóvenes, aunque no dejan ser maduras de más de cincuenta años. Algunas son unas verdaderas putas, que no se conforman con la polla del viejo y a veces necesitan comerse una o dos pollas más, como esta zorra que el anciano decidió compartir con el nieto. Cuando se dio cuenta de que el yogurín no paraba de mirarle las tetas y el culo a su nueva novia, se dio cuenta de que era el chico perfecto para montar un trío. El chaval aceptó sin dudar un segundo. Después de todo, no era su abuela sino la madrastra de su padre…