Descripción
Mi amigo y yo habíamos coqueteando muchas veces en el chat. Todo era un juego en el que les hacíamos creer a los demás que éramos novios, pero jamás habíamos pensado seriamente en tener algún tipo de encuentro y mucho menos en compartir una vida juntos. Sucedió de casualidad que, por trabajo, tuve que viajar a su ciudad. Él no dejó pasar la oportunidad, y me visitó en el hotel. Sus intenciones eran claras: quería follarme. Yo también le tenía bastante ganas, así que el resultado no pudo ser mejor. Acabamos follando apasionadamente, disfrutando de esa follada más que si fuésemos novios de verdad. Él no me había visto ni una teta hasta entonces, así que la polla se le puso como una piedra al verme desnuda. ¡Qué grande que la tenía!