Descripción
Su propia hija llega borracha a casa y le pide a su padre que le meta la polla enterita y le deje el coño lleno de semen calentito como hizo con su madre. Su hija desde hacía tiempo que se veía venir que sería una guarra que querría polla gorda las 24 horas del día. Su padre que se las sabe todas esperaba con ganas a que cumpliera la mayoría de edad para darle su merecido y que su hija probara lo que es follar con un «daddy» de verdad y que se dejara de follar con niñatos que apenas habían follando un par de veces con chicas del barrio como la buscona de su hija.
Un día, como cualquier otro, su hija llegó a casa borracha perdida después de una fiesta de cumpleaños… El padre aprovechó para hablar con ella un rato y tantear el terreno a ver si podía meter mano al culito de hijo. Al poco rato su hija ya estaba pidiendo a gritos que se la metiera enterita.
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