Descripción
Cuando el árbitro expulsó a la rubia del juego de fútbol, ella se fue llorando de la bronca al vestuario y el tutor supo que estaba ante una oportunidad única para follársela. Ellos tenían un romance prohibido en el instituto, y nunca habían podido pasar de un par de morreos. Ahora, ella estaría desnuda, duchándose, mientras todas sus compañeras estaban en la pista de juego. El tutor entró en el vestuario y la pilló casi en bolas. Ella intentó cubrirse con la toalla pero él, rápidamente, se la quitó y comenzó a follársela. ¡Por fín se estaban echando el polvo que tanto tiempo llevaban esperando!
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