Descripción
Cuando se conocieron, él no pensó que en unos meses ella estaría de rodillas ante él para satisfacer sus más perversos deseos, todo por una tonta apuesta que ahora ella debía respetar. Se había convertido en su casero y durante los primeros meses habían vivido juntos como siempre, nada extraño, sin preocupaciones. Sin embargo, con el paso del tiempo notó que la forma en que se acercaba a ella era demasiado cariñosa, no estaba acostumbrada a esas formas, nunca había tenido familia y esa preocupación por ella le parecía extraña. Sin embargo, todo empeoró cuando una noche de copas volvió a casa y el le pedía que borracha se tragara su corrida.