Descripción
Esta jovencita morena no tenía idea de lo que era un glory hole. Solamente estaba caliente y tenía ganas de ver una película porno, así que fue a un sex shop, eligió un buen film y se encerró en una cabina. Cuando acababa de quitarse toda la ropa, notó que una enorme polla negra atravesaba la pared a través de un agujero y su primer reflejo fue ponerse a chuparlo. ¡Qué rica que sabía! Después se volteó, acomodó el coño contra la pared y se la hincó hasta el fondo. La follada estuvo bien, pero no se sentía lo suficientemente cómoda así que, para correrse, prefirió volver a mamarla. ¡Qué experiencia más morbosa!