Descripción
Esta jovencita de 18 años jamás pensó que el granjero, su vecino, la estaría espiando mientras estaba dando un paseo. En el momento en que le dieron ganas de mear, tuvo la mala idea de meterse en la granja para hacerlo a escondidas. Así fue como el granjero pilló a la vecina en plena meada. Avergonzada, la jovencita le rogó que no le contara nada a sus padres, pero el vecino aceptó a cambio de que le enseñara el resto de su cuerpo desnudo. Verla desnuda lo puso a mil por hora, así que decidió follársela ahí mismo, al aire libre. Por suerte, la guarrilla también se había calentado por la situación y dejó que se la follara hasta por el culo.
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