Perdí a mi novia apostando al fútbol y mi amigo se la folló delante mío

Tan seguro estaba de que mi club ganaría el partido que no dudé a la hora de apostar y fui a todo o nada. Lo que menos me imaginaba era que el cabrón de mi amigo no quería mi dinero sino el cuerpo de mi novia. Yo sabía que no podía negarme porque las deudas de juego hay que pagarlas siempre, pero confiaba en que ella se resistiera y él le tuviera piedad. Nada de eso. La muy zorra estaba tan cabreada porque la aposté como una puta, que aceptó encantada chuparle la polla, desnudarse y ponerse a cabalgar sobre su rabo delante de mis morros.