Descripción
Mi nueva vecina y yo nos cruzamos en el supermercado y la muy zorra no paraba de mirarme y sonreírme. Yo supuse que a lo mejor le gustaba, así que después de pagar en la caja, me acerqué a ella y le dije que, si quería, la esperaba mas tarde en mi piso para conocernos mejor. Apenas ella regresó del supermercado, pegó en mi puerta. Cuando le abrí me miró, se quitó las bragas, se subió a la mesa y se puso a cuatro patas. ¡Se me estaba ofreciendo como una gata en celo! Inmediatamente me puse a comerle el coño y el culo, después saqué mi polla para que me la mamara y enseguida la clavé y me la follé. ¡Hasta la leche le hice tragar a esta zorra de tetas enormes!
Categorías