Descripción
No podía ser que mi nieto, con 19 años, todavía fuera virgen. Ese fin de semana que vino a visitarme al campo decidí que tenía que perder la virginidad definitivamente, así que me puse a buscarle una puta para que se la follara y lo único que conseguí fue una transexual negra. La travesti no era fea, pero hubiese preferido que probara un coño y no que debutara sexualmente enculando a una shemale. De todas formas, él se lo pasó teta y tuvo el mejor orgasmo de su vida. Es indudable que la trans le chupó la polla con mas ganas que cualquier tío, y eso le sirvió mucho para ponerse al cien.