Descripción
Cuando mi mujer se enteró de que le había puesto los cuernos con la vecina, no me dijo nada. Al menos, no en ese momento, ya que decidió vengarse de la peor manera posible. La guarra se folló a su compañero de trabajo, un tío que siempre la coqueteaba y al que yo odiaba profundamente. Sabía que ese cabrón se quería follar a mi esposa, y me moría de solo imaginármela desnuda con él en la cama. La zorra no solo se grabó follándoselo, sino que hasta le dejó comerle el coño en la postura del 69 mientras ella le chupaba la polla, algo que a mí no me dejaba hacer desde hacía años. Sin dudas, sus cuernos fueron mucho más dolorosos que los que yo le puse.
Categorías
