Descripción
La apuesta que hicimos con mis amigos era de lo mas excitante. El perdedor tendría que enseñarle a su esposa desnuda a todos los demás, de la forma en que fuera. Yo me moría de ganas de ver a algunas de las mujeres de mis amigos en bolas, pero lamentablemente, me tocó perder. Lo peor de todo es que no tenía ni una foto de mi esposa desnuda, así que tuve que pillarla dormida por la noche, destaparla y, aprovechando que estaba en pelotas, masturbarla mientras la grababa con mi móvil sin que se diera cuenta. Mis amigos quedaron flipando en colores al verle el chocho y las hermosas tetas que tiene… y yo me morí de vergüenza.
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