Descripción
Lo que me hizo mi amigo es una putada, pero no puedo negar que me encantó. El cabrón me propuso jugar al juego de los sabores, y me hizo poner de rodillas con los ojos vendados. Entonces, comenzó a hacerme probar toda clase de vegetales, que sabían muy bien, hasta que de repente me metió uno que me costaba reconocer. Le había acertado a todos, pero este parecía un pepino demasiado suave. Cuando empezaron a salir las primeras gotas de semen, me di cuenta de que era su polla, pero era demasiado tarde. Me estaba gustando tanto que no me detuve hasta sacarle la última gota de leche y me tragué toda su corrida.
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