Descripción
La madre de uno de las chicas lesbianas tenía un centro de spa, donde ambas habían crecido jugando y explorando cada rincón. Sin embargo, a medida que crecían, su parte más inocente cambió y se volvió más pervertida en todos los sentidos. Una de sus principales aficiones era hacer masajes eróticos. Se hacían pasar por clientas y se masajeaban, solo que estos masajes XXX, que siempre comenzaban como un tierno juego, terminaban en extensas sesiones de sexo a las que ninguna de los dos estaba dispuesta a renunciar. Sus cuerpos adolescentes cambiaron y no había forma de negar estos placeres, sus tetas rebotaban con sus deseos, sus coños se humedecían frente a sus lenguas y todo era dulce y maravilloso.
