Descripción
La primera vez que me masturbé con mi hermanastro mirando videos porno juntos sentí un placer indescriptible. Esa sensación sin igual me llevó a buscar repetir la experiencia una y otra vez, así que ahora nuestras pajas mutuas son cosa de todas las semanas. Basta con que alguno de los dos esté echado en el sillón mirando la televisión para que el otro se le siente al lado y ponga un video XXX en el móvil. Entonces comienzan las pajas cruzadas, que pronto se convierten en mamadas y, a menudo, en fabulosas folladas que nada tienen que envidiarle a los polvos que me echo con mi novio.
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