Descripción
Hacía apenas unas semanas que estaba currando como segurata en el centro comercial cuando pillé a Sofi Ryan robando joyas en una tienda. La llevé a mi oficina para interrogarla y, como insistía con que no se había robado nada, tuve que hacerle quitar toda la ropa hasta encontrarlas. ¡La zorra se había metido las joyas en el coño! Verla desnuda, enseñándome el culo y el coño perfectamente depilado inclinada sobre la mesa, me puso tan cachondo que se me ocurrió proponerle un trato. Si me dejaba follarla, no llamaría a la policía. La zorra no tuvo más remedio que aceptar, así que acabó chupándome la polla y entregándome el chocho para que me la follara hasta correrme.