Descripción
Por culpa de la hija, tanto la madre como la jovencita acabaron siendo humilladas, desnudadas y folladas por el guardia de seguridad. La guarrilla se creyó que nadie se daría cuenta si se robaba algunas prendas y las escondía en el bolso. Grave error. El guardia las estaba observando a través de las cámaras de seguridad. Antes de que salieran de la tienda, las llevó a la oficina para revisarlas. Allí les ordenó que se desnudaran, las revisó completamente y, al encontrar las ropas robadas, las amenazó con denunciarlas a la policía si no se dejaban follar ahí mismo. Total que acabaron mamándole la polla y dejándose follar los coños como dos putitas de esquina.
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