Descripción
La mujer de mi amigo es una zorra provocadora. No sé si será igual con todos los hombres, pero conmigo se comporta como una guarra. La muy puta no para de coquetearme desde que me conoció y, aunque yo intento pasar de ella, no siempre me resulta fácil. La última vez directamente no me pude aguantar. La rubia me susurró que era una lástima que no me hubiese conocido antes que a su marido y eso me puso la polla al cien. Me fue imposible contener las ganas de follármela, así que la puse a cuatro patas y me la follé bien duro mientras gritaba y gemía como una perra en celo.
Categorías