Descripción
Cuando mi novia y yo planeábamos hacer nuestro primer trío con otro hombre, ella me decía que prefería hacerlo con un amigo. Yo no quería que ningún amigo ni conocido se la follara. No soportaría volver a verle la cara al tío sabiendo que se la metió a mi novia. Ella, en cambio, argumentaba que un amigo la cuidaría más… y al final tuvo razón. El chaval que elegimos en el club swinger no le tuvo ni un poco de piedad. Mientras nos chupaba las dos pollas juntas, la cogió por la cabeza y se las hizo tragar hasta el fondo. Después, a la hora de follar, se la clavó en el culo y se lo taladró con tanta brutalidad que se lo dejó abierto y escocido durante varios días. Pobre mi novia, acabó con la boca y el culo destrozados.