Descripción
Era inminente que tarde o temprano, Latty Karina y el hermanastro acabaran follando. Ya hacía tiempo que venían saludándose con besos en la boca, lo cual no tiene nada de normal. El chaval es, además, muy gentil y seductor con ella, a tal punto que el día en que acabaron follando por primera vez, antes de empezar a comerle el coño a Latty, estaba pintándole las uñas de los pies. Ese gesto fue lo que terminó de convencer a la rubia de que tenía que follarse al hermanastro y, después del cunnilingus increíble que le hizo, le devolvió el favor chupándole bien la polla y le entregó el coño para que se la follara hasta que, al final, se corrió sobre el agujero de su culo.