Descripción
Mientras miraba a la cámara de seguridad del móvil del guardia que estaba grabando toda la escena en detalle, se notaba claramente en la cara de la ladrona lo arrepentida que estaba de haber robado. Eso de haber tenido que desnudarse, mamar una polla y dejarse follar por un desconocido no le molaba ni un poco. Se sentía ultrajada, y estaba viviendo una pesadilla. Podía sentir la respiración y los jadeos del guardia en la nuca, y eso le provocaba mucho asco. Seguramente, después de haber tenido que dejarse follar contra su voluntad por este cerdo pervertido, no se atreverá a robar nunca mas en el centro comercial.
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