Descripción
Esta rubia es tremendamente zorra. Un compañero mío se enteró de que tenía que llevarle una pizza a la casa y me advirtió de que fuera preparado para follármela. Yo me reí pensando que me estaba haciendo una broma, pero no. Hablaba muy en serio. Todos los demás repartidores coincidían en que se la habían follado. Entonces se me ocurrió poner una cámara oculta en la caja de la pizza y así pude grabar completo el polvo que le eché, desde que se hizo la que no tenía dinero para pagarme hasta que acabó corriéndose a chorros mientras me la follaba por el culo a cuatro patas sobre la cama.
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