Descripción
Hacía tiempo que sospechaba que la mujer de mi amigo me miraba con ojos de deseo. Varias veces me había masturbado imaginándome que me la follaba. Por eso, aquella tarde se me ocurrió quedarme algunos minutos más después de que él se fuera para quedarme a solas con la esposa en su casa. Tenía que comprobar por mis propios medios si la peruana mas guapa que he conocido realmente me deseaba, y vaya si lo comprobé. Apenas él se fue, empezamos a coquetear y, dos minutos después, ya estaba chupándome la polla de rodillas. ¡Qué polvo mas rico le eché! Sin dudas, aquella fue una de las mejores folladas de mi vida.
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