Descripción
Fregando, lavando y recogiendo con el culo en pompa, la madre estaba provocando que al hijo le dieran ganas de encularla. Ella sabía que él la estaba espiando y eso le provocaba mucho morbo. Sentir que podía llegar a tentar a su hijo para que la penetrara la ponía al cien. Cuando sintió que el chaval ya no podía aguantarse más, se agachó y se puso a fregar a cuatro patas. Fue entonces cuando el hijo le bajó el pantalón y las bragas… y la penetró sin dudar un segundo. Para no perder el tiempo, se la metió directamente por el culo. ¡Menuda enculada le dió a su propia madre!