Descripción
Me he follado a muchas zorras a lo largo de mi vida y unas cuantas me han sorprendido, pero ninguna como esta rubia cuatro ojos. Esta guarrilla resultó ser una adicta a las pollas, que apenas me vio desnudo se me sentó encima para cabalgarme. Después de chupármela durante algunos segundos para lubricármela bien, enseguida pasó a la acción y, saltando sobre mi rabo, se folló solita. Pero eso no fue lo sorprendente, sino que, cabalgando de espaldas a mi rostro para que pudiera verla bien, se metió los dedos en el culo para hacerse ella misma la doble penetración. ¡Qué placer me vio verla gozar así mientras me la follaba!
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