Descripción
La chica de la limpieza del hotel abrió la puerta, me encontró completamente desnudo masturbándome sobre la cama y, rápidamente, dejó las toallas en un rincón y empezó a volverse corriendo hacia la puerta. Se sentía totalmente avergonzada, y eso que el que acababa de ser pillado en bolas con la polla en la mano era yo. Antes de que saliera le pedí que se quedara y me ayudara, pero solo para burlarme de ella. Mi sorpresa fue enorme cuando se volteó, cerró la puerta, se arrodilló en la cama y comenzó a pajearme. ¡Se había excitado tanto que acabó chupándome la polla!
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