Descripción
El cabrón del masajista le tenía una linda sorpresa preparada a Kimberly Nutter. Esta guarrilla rusa que en algún momento se ha hecho llamar Barran Seleca o Eniko, fue al masajista con ninguna otra intención más que la de recibir una relajante sesión de masajes. El muy cerdo, al tenerla desnuda, boca abajo y cubierta con la toalla, se empezó a excitar y se propuso calentarla para que se dejara ver en bolas y follar. Teniendo un masajeador Hitachi a su disposición le fue bastante fácil. Apenas el aparato entró en contacto con el cuerpo de Kimberly, la zorra se puso al cien. El plan del chaval había dado resultado. La guarra no solo se volteó dejándole ver el chocho y las tetas, sino que hasta acabó rogándole que se la follara.