Descripción
Si la zorra de Katie Morgan no quería que el hijastro se la follara, no debía acostarse a su lado sin ropa interior. Para colmo ella sabía que él estaba en la cama y que las posibilidades de que se despertara antes que ella eran muy altas. A pesar de todo, no le importó. Confió en que su coño y su culo se mantuvieran debajo del vestido y el hijastro no viera nada. Por supuesto, se equivocó. En cuanto el chaval se despertó, descubrió que la zorra no llevaba bragas y, sin mediar palabra, se la folló. Ese coño estaba demasiado rico para ponerse a plantearse si era ético o no follarse a su madrastra.