Descripción
El juego de la botella fue una excusa perfecta para acabar follando con nuestras amigas. Las zorras estaban desesperadas por montar una orgía, pero no se animaban a pedírnoslo. A través del juego, todos acabaríamos desnudos, follando unos frente a otros, y pronto perderíamos el control. Tal como lo imaginamos, a los pocos minutos ya estaban todas las zorras en bolas, de rodillas, chupándonos las pollas. ¡Qué hermosa tarde de sexo grupal que nos pasamos! Yo me follé como a tres o cuatro putitas, y mis amigos igual. Lástima que también se hayan follado a mi novia unos cuantos de mis amigos, porque hubiese preferido que ella no estuviera presente.
Categorías