Descripción
La jovencita morena había probado el sexo anal apenas unos días atrás, y ya quería que le volvieran a romper el culo. Tenía tanto miedo de que al desvirgarle el ojete la hicieran llorar y gritar de dolor que, cuando se la metieron y empezó a sentir placer, lo disfrutó al máximo. Ahora se ha vuelto una viciosa y está llamando a todos esos chavales que se la habían follado para que prueben el dulce que antes no les había dejado probar. Los tíos van encantados a su casa, más aun sabiendo que tendrán el sexo anal asegurado ya que la zorra no se corta un pelo a la hora de decirles que quiere que se la follen por el culo.