Descripción
Jill Kassidy sabe aceptar y jugar a la perfección su rol de puta sumisa y complaciente. Es la perra obediente del marido, quien se excita haciéndole pasar momentos bastante embarazosos. Le encanta hacerla pasear desnuda por la playa y ver cómo los hombres le clavan los ojos en las tetas, el culo y el coño, y muchas veces se la ha follado en sitios públicos. Esta vez, aparcó el coche en una calle bastante transitada y le pidió que se masturbara. Enseguida llamó la atención de un chaval, que se acercó para ver el espectáculo de cerca. El esposo de Jill bajó la ventana y le ordenó que le mamara la polla. La situación fue tan excitante para los tres que la rubia bajó del coche para que el desconocido se la follara mientras el cornudo del marido los miraba.
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