Descripción
Decir que estaban aburridos era despectivo, no podían crecer estando encerrados en esta casa por más de dos meses, lo peor era que su relación cada vez se hacía más frágil, como hermano y hermana sabían llevarse bien, se amaban y cuidaban los unos de los otros, pero esta situación los había abrumado. La cuarentena los estaba matando y ya no sabían qué hacer. La solución llegó cuando una noche donde los dos se pusieron a beber para ahogar las penas y ella estaba en su habitación bailando semidesnuda con la música de su adolescencia. No sabían quién empezó todo, pero desde el primer beso no pudieron parar.