Descripción
Los ruidos a través de la puerta eran inconfundibles. Gina Gerson, evidentemente, se estaba masturbando frente a la webcam. Ningún hombre había entrado por la puerta de su casa, y ella no paraba de gritar, gemir y agradecer. Evidentemente, estaba deleitando a algún espectador de un videochat, y eso motivó a su vecino a ofrecerle dinero a cambio de follársela. Al principio Gina lo consideró una ofensa. ¿Ese viejo verde la creía acaso prostituta? Por suerte, rápidamente entendió que ella misma lo había provocado, y aceptó follarse al anciano por dinero. Aunque tiene la edad de su abuelo, el viejo todavía goza de unas buenas erecciones, así que a la rubia no le sabe tan mal follárselo. Con solo unos pocos segundos mamándole la polla, consigue ponérsela como una piedra para que se la clave bien rico.
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