Descripción
Gina Gerson quería que los albañiles acabaran la obra lo antes posible, pero para apurarse, le exigían más dinero. Por supuesto, la rubia no lo tenía, pero se le ocurrió una buena manera de hacer que le obedecieran: ofrecerles el cuerpo y pagarles en carne. No es que los albañiles estuvieran faltos de sexo, pero teniendo a una rubia tan hermosa como Gina desnuda en sus morros ¿Quién podría resistir la tentación de follársela? Los cuatro negros se le echaron encima y empezaron a llenarle los agujeros con sus pollas. ¡Ni el culo le perdonaron! Eso fue lo que más le gustó a la rubia, ya que disfrutó como nunca mamando dos pollas juntas mientras le hacían la doble penetración.
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