Descripción
La rubia se dio cuenta de que el hermanastro no paraba de mirarle el culo y, al mismo tiempo, estaba tocándose la polla. No podía creer que fuera tan cerdo, pero a la vez, se sentía excitada por la situación. ¡El hermanastro la estaba mirando como a cualquier otra mujer! Para asegurarse, se quitó la camiseta y dejó sus tetas a la vista. ¡En menos de un minuto la tenía chupándole la polla! Pero eso no sería todo, ya que la amiga de la rubia, al regresar del baño, se les unió. Al final, acabaron montando un inolvidable trío en el que el hermanastro se dio el gusto de follarse a las dos juntas.
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