Descripción
La última persona que Emma Bugg quería que encontrara su prueba de embarazo era el padrastro, Peter Fitzwell. En realidad eran sus padres, pero Peter era prácticamente lo mismo, ya que se lo contaría a la madre. Emma acababa de enterarse de que estaba embarazada y todavía no lo había hablado con el novio, así que aun no sabía qué hacer. Por eso era fundamental que la mamá no se enterara y condicionara su decisión. La única forma de callar al padrastro era dándole lo que siempre había querido: su cuerpo. La hijastra estaba dispuesta a chuparle la polla y dejarse follar por él a cambio de su silencio. El padrastro, con las ganas que tenía de verla por primera vez desnuda, por supuesto que no iba a rechazar la propuesta de follársela ahí mismo.
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