Descripción
Honor May no me reconoció nunca que le excitaba verme. Es más, cuando subió al taxi, ni si quiera me miraba. Le dije que parecía que se le había comido la lengua el gato, pero antes de llegar a casa ya parecía haber cambiado el chip y estaba menos vergonzosa. La verdad es que con la actitud que había mostrado al principio no pensé que se dejara perforar hasta reventarle el coño. La verdad es que disfruté muchísimo con ella.