Descripción
La rubia Emma Rosie estaba desconsolada. El novio acababa de dejarla después de haber reñido porque nunca se la quería follar, argumentando que le gustaban las mujeres con tetas bien grandes. ¡Pobre Emma! Como si no tuviera un cuerpazo y no fuera guapísima. El asunto es que esa noche no podía dormir, y fue a contarle su problema al padrastro, quien la invitó a dormir a su lado para que no se sintiera sola. ¡Vaya si durmió acompañada! La rubia notó que el padrastro la estaba apoyando y descubrió que tenía una erección fabulosa. Eso la puso muy cachonda, y al ver semejante polla, se puso a chupársela. ¡Menudo polvo acabaron echándose el padrastro y la hijastra!
Categorías