Descripción
Por la cara con la que la asiática lo miraba, al negro le fue fácil darse cuenta de que estaba despertando sus fantasías sexuales más extremas. A simple vista, esa agente inmobiliaria nunca había probado una polla negra y se moría de ganas. Era la oportunidad del negro de conseguir un buen descuento en la compra de la casa, así que sacó el rabo y lo puso sobre la mesa de negociaciones. La asiática no se lo podía creer. Esa polla era inmensa, más grande que lo que jamás se hubiese imaginado, e inmediatamente comenzó a chupársela. Gracias a la follada que le dio, consiguió un excelente precio y una muy buena financiación.
Categorías