Descripción
Aquella playa estaba un poco alejada de la zona concurrida así que mi amiga y yo, que teníamos planeado practicar el nudismo y bañarnos en bolas, nos animamos a quitarnos la ropa. De pronto, un negro que nos descubrió a lo lejos, se acercó a nosotras y nos ofreció unos tragos. El tío era majo y simpático, así que no reparamos en que estaba desnudo ni en el tamaño de su polla, y nos pusimos a charlar. Cuando el hombre se puso canso, nos vestimos y nos fuimos carca de la orilla del mar, pero el seguía detrás nuestro. Evidentemente quería follarnos, así que nos echamos desnudas boca abajo sobre la arena, y lo dejamos penetrarnos a las dos para que se diera el gusto. Nosotras también lo disfrutamos, pero hubiésemos preferido que nos follara en un sitio más cómodo.