Descripción
Mi madrastra y mi hermanastra son dos zorras muy cachondas. Desde que mi padre murió, la única imagen masculina de la casa soy yo, así que mi madrastra me adoptó como amante ya que dice que, follando conmigo, recuerda las mejores folladas que tenía con mi padre. El problema es que mi hermanastra siempre estuvo enamorada de mí, así que en cuanto se enteró de que me estaba follando a su madre, se puso muy celosa. Tuve que empezar a follármela también, después de cada polvo con mi madrastra, para que no hubiera conflictos entre ellas ni tuviera que masturbarse para sacarse las ganas.