Descripción
Mercy West vivió un verdadero calvario cuando el entrenador del equipo de baloncesto descubrió que no era un jugador más sino una periodista infiltrada en el vestuario. El cabrón llamó a los demás jugadores y, delante de todos, le arrancó la ropa dejando su hermoso cuerpo de mujer al descubierto. Al verla desnuda y descubrir que en vez de polla tenía un delicioso coño peludo, se le echaron encima y la pusieron a comerle las pollas. Los cerdos se turnaron para hacerle la doble penetración una y otra vez hasta dejarle el culo, el coño y la boca destrozados. La pobre periodista hubiese deseado que su primer gangbang fuera de otra forma…
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