Descripción
Para el padrastro, cualquier excusa es buena para castigar a la hijastra y, para ella, cualquier pretexto vale para hacerse castigar. Es que a pesar de las nalgadas, todos los castigos que le propina el padrastro a la colegiala son sexuales. Cuando no le hace comer la polla, se la folla o lo obliga a masturbarlo. Meterle los dedos en el coño y hasta en el culo es cosa de todos los días, y cada día se corre en un sitio distinto de su cuerpo. A la asiática, que apenas está descubriendo el sexo, le encanta que el padrastro se la folle y, como lo hace en contra de su voluntad, no se siente ni tan puta ni culpable.