Descripción
Esta colegiala cachonda no entendía nada cuando entró en el baño y se encontró con dos agujeros en las paredes. Mientras intentaba descubrir para qué servían, dos enormes pollas comenzaron a atravesarlos quedando a su entera disposición, apuntándola firmemente ya que ambas estaban bien duras. La colegiala, que de inocente no tiene nada, enseguida supo qué hacer y se puso a chupar una polla mientras se restregaba la otra por el culo y el coño. Así fue como descubrió los glory holes, y desde entonces no hay sitio que visite en el que no entre a los servicios con la esperanza de encontrarse alguna polla asomándose a través de un agujero.
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