Descripción
La casada cuatro ojos no esperaba que el cobrador pegara en su puerta en ese momento. Llevaba semanas escondiéndose y evitando responder a sus llamadas, pero esa tarde esperaba a su hermana así que abrió la puerta sin preguntar quien era. Allí estaba el tío al que su esposo le debía una pasta, dispuesto a cobrar su dinero. El marido estaba de viaje así que ella no tenía un duro, pero el hombre no pensaba irse con las manos vacías así que le ordenó que le hiciera una mamada a cambio de darle una semana más de plazo. Al final decidió regalarle otra semana más. Obviamente, eso fue después de follársela bien follada.
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