Descripción
Aria Banks estaba en serios problemas. Acababa de ser detenida y era la principal sospechosa de haber cometido un crimen terrible. Por suerte, la detective encargada de resolver el caso era nada menos que Crystal Rush, una morena tetona que la rubia se dio cuenta enseguida de que era lesbiana. Su mejor jugada para intentar quedar en libertad era, entonces, seducirla. ¡Vaya si lo consiguió! En la primera entrevista en su celda, le comió el coño y la hizo delirar de placer. Le provocó dos orgasmos seguidos y logró que la liberara a cambio de que volviera a visitarla para hacer tijeras y cunnilingus como dos buenas bolleras.