Descripción
Cuando mi novio me contó que un negro se acababa de mudar a la casa de al lado, no me llamó la atención. Me había olvidado del asunto hasta el día en que me lo crucé por la calle. Al verlo me quedé impactada por su cuerpazo. Me gustó tanto que empecé a seguirlo y, cuando entró en la casa, recordé las palabras de mi novio. Ese mismo día me propuse follármelo y fui a su casa a por un poco de sal. Enseguida se dio cuenta de que era solo una excusa, así que no tuve que hacer ningún esfuerzo para ligármelo. Esa tarde salí de su casa con el coño y la boca escocidos después de la tremenda follada que me dió con su polla enorme.