Descripción
Esta negrita africana se sintió aliviada al encontrar una casa después de haber estado caminando varios kilómetros a la deriva por la selva, pero lo que creyó que era una solución, acabó convirtiéndose en el problema. Los chavales, en vez de ayudarla enseñándole el camino de regreso a la carretera, prefirieron follársela por la fuerza, contra su voluntad. Así la tuvieron secuestrada durante unas cuantas horas, follándosela por turnos y obligándola a comerles las pollas, sin que ella pudiera hacer nada por evitarlo. Estaba perdida, en el medio de la selva, y solo pensaba en dejarlos satisfechos para que la ayudaran a regresar a su casa.