Descripción
No tuvo suerte la colegiala asiática Konata Suzumiya a la hora de elegir el autobús para regresar a la casa el viernes pasado. Se topó con una pandilla de pervertidos que la atacaron por sorpresa y le hicieron vivir una pesadilla. Primero se aseguraron de arrinconarla bien para que no pudiera escapar y empezaron a meterle mano. Después de tocarle las tetas y meterle los dedos en el coño y en el culo, sacaron las pollas y la tiraron al piso para ponerla a chupárselas. Konata tuvo que mamarlas una tras otra hasta hacerlos correr, así que acabó con la cara y la boca completamente llenas de leche.
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